La última milla corresponde al último tramo o trayecto que recorre la mercancía para llegar a su punto de destino final, por lo tanto, es parte fundamental de la logística de distribución (Festini y Roth, 2021; Cárdenas et al., 2017; Trapp et al., 2021 Robusta y Galván, 2015).
Según el Observatorio E-Commerce de Colombia (2021): “Última milla hace referencia al tipo de gestión de transporte de paquetería centrado en los últimos kilómetros que recorre un pedido hasta llegar a su destino”.
La última milla busca entregar el producto correcto, en la cantidad correcta, en la condición adecuada, en el lugar preciso, al cliente indicado con el menor costo y tiempo de espera posible. Por lo anterior, la logística de última milla debe cumplir una propuesta de valor y buscar aspectos diferenciales para los clientes (Abdul, 2019), entre los que se pueden destacar: Confiabilidad de la empresa, Cumplimiento de la entrega, Trámite de devoluciones de producto y dinero, Garantía del Producto y servicio posventa, Minimización de tiempo y costos para el cliente y Sostenibilidad (“Green Logistics”); los últimos dos puntos son de gran importancia porque la última milla se considera el proceso más ineficiente y contaminante del proceso logístico (Beetrak, 2021; Macioszek, 2017; Mangiaracina et al., 2019).
Logística de última milla requiere de sincronización y altas exigencias logísticas por las cuales los clientes no suelen estar dispuestos a pagar más (Borsenberger et al., 2016). La pequeña dimensión de los pedidos y el nivel de dispersión de las ubicaciones, conllevan a que la última milla se considere como uno de los procesos con menores indicadores de eficiencia – el porcentaje de costo oscila entre el 28%-50% del costo total logístico (Wang et al., 2016; Vanelslander et al., 2013) – y con altas tasas de contaminación por la contaminación ambiental y auditiva, así como la congestión y daños la infraestructura vial que provoca el transporte.
Como se puede entrever, la última milla es un proceso complejo que tiene una alta exigencia por demanda de recursos y las externalidades negativas producidas. Por este motivo, los operadores logísticos deben empezar a implementar soluciones innovadoras que mitiguen la ineficiencia y los impactos ambientales que producen la última milla
Por tanto, con el objetivo de mejorar los indicadores de eficiencia y sostenibilidad de la logística de última milla, en la literatura académica se han observado algunas soluciones innovadoras que permiten, en cierta medida, hacer el proceso más eficiente y sostenible. A continuación, se presentan algunas de estas soluciones – Los indicadores para medir eficiencia y sostenibilidad fueron tomados del artículo de Ranieri et al. (2018) -:
- Cajas de recepción: Cajas que se localizan en la parte externa de las casas de los clientes, en donde los transportistas dejan los paquetes (Wang et al., 2014).
- Casilleros: Los casilleros son propiedad de la empresa de última milla o un tercero aliado y se localizan estratégicamente en lugares públicos (Wang et al., 2014).
- Puntos de recogida: Locaciones especialmente diseñadas para almacenar y recepcionar mercancías que luego son recogidas por los clientes (Wang et al., 2014).
- Logística colectiva colaborativa: Terciarización de entregas con personas del común, que tienen disponibilidad para entregar los paquetes en un punto de destino específico ya que por diferentes motivos utilizan esta ruta de manera cotidiana (Carbone et al., 2017).
- Vehículos innovadores: diferentes vehículos eléctricos y autónomos – incluyendo los drones -, los cuales toman cada vez mayor relevancia para optimización de costos (Ranieri et al., 2018).
- Casilleros de baúl: Baúl del vehículo del cliente funciona como un casillero o caja de recepción en el que transportista entrega la mercancía con una clave de desbloqueo única (Reyes et al., 2017).
- Bodegas móviles: Camión grande localizado estratégicamente en lugares donde se piden con frecuencia productos específicos (Srinivas & Marathe, 2021).
- Cápsulas bajo tierra: son cápsulas que se envían a través de tuberías subterráneas (Slcabinac, 2015).
Asimismo, es importante seguir trabajando y estudiando estas soluciones para mejorar la eficiencia y sostenibilidad en la logística urbana. Existen otras soluciones poco exploradas como los algoritmos y mapeo para entrega de envíos con minería de datos y la regulación del espacio aéreo que pasarán a ocupar los drones.
Finalmente, se incita a las empresas y a los entes encargados de regular la logística urbana de apropiarse de la tecnología necesaria y desarrollar la infraestructura vial para que las ciudades puedan convertirse en ciudades inteligentes.
Autor: Jorge Armando Luna.